Tras haber planteado el pasado julio que para frenar el VIH podría inyectarse a los maridos medicamentos para limitar sus apetitos sexuales, la senadora de Zimbabue Sithembile Mlotshwa ha propuesto ahora repartir juguetes sexuales en las cárceles del país para evitar que los prisioneros “se hagan homosexuales”.
Zimbabue es uno de los treinta y ocho países africanos donde es ilegal practicar la homosexualidad.
“La mayoria de los casos de homosexualidad surgen en las cárceles y el gobierno no da ningún paso para proponer una alternativa”, ha dicho a la BBC Mlotshwa, que asegura que para ella ser gay no tiene nada de malo, aunque lo llama “problema”.
“No forma parte de nuestra cultura, pero a alguna gente de nuestro país le interesa”, dice. “En nuestra cultura antes no usábamos ropa, andábamos desnudos, pero empezamos a vestirnos influenciados por Occidente. Y ahora nuestra gente está siendo influenciada y quiere probar”.
“No precisamos dárselos todo el tiempo, sino una vez al mes”, ha señalado la senadora ante las críticas de quienes advierten que el país tiene suficientes problemas para dar de comer alos presos como para darles juguetes sexuales.
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