Hey, ¿sabes qué? Si eres hombre lo más probable es que padezcas un cáncer de próstata antes que de ninguna otra parte de tu cuerpo. De hecho es más probable que mueras por ese cáncer que por cualquier otro. Además, hay un 35 % más de posibilidades de que tu próstata enferme que tu novia contraiga cáncer de mama. Pero, eh, si eres gay, de los que reciben, tienes más probabilidades que un hetero de evitar morir de cáncer de próstata. ¿Quieres saber cómo? Escucha con atención…
A lo largo de los últimos cinco años, lo de ordeñar tu próstata ha crecido en popularidad en las escenas queer y S/M. Se ve que el drenaje de tu pequeño amiguito desatasca un conducto del trasero, que combinado con el zarandeo típico en el saco prostático conlleva una pequeña polución involuntaria de líquido seminal. P.S.: ¿Por qué no puedo dejar de reír después de releer la última frase? Tal y como suena parece divertido eso de eyacular sin necesidad de trastear con tu pene, aunque de hecho masturbarse analmente con los dedos ha mantenido lo de masajear la próstata en un coto cerrado para gays, y especialmente para los fetichistas del fisting. Pero al demostrarse las virtudes médicas de aliviarse la próstata de la concentración de fluidos (conjuntamente con un par de chequeos anuales, claro está), que puede prevenir la gran C, puede que vaya siendo hora de meternos cosas por el culo y empecemos a frotar con ganas. Yo prefiero no tener cáncer de culo, así que, por si acaso, aprendí cómo masajear mi próstata y pedí a mi amigo Ben que sacara las fotos de tan magno evento.
Sabemos que metiéndote los dedos puedes obtener buenos resultados, pero te recomendamos el uso de algún producto diseñado específicamente para masajearte la próstata: el mío se llama Aneros. Estuve repitiéndome a mí mismo que no era un consolador, pero coño, es que lo es. Puedes comprar uno sin preguntar mucho en cualquier sex shop gay.
Es importante que el conducto interno esté todo lo vacío que sea posible, así que prepárate para echar un gran ñordo antes de meterte nada. El popper amílico, además de hacerte sentir como una adolescente de 14 años, relajará los músculos de tu esfínter.
Ten cuidado con las uñas, pueden dañar la pared rectal. Lo mejor es que uses guantes de látex durante todo el proceso. Te harán sentir un poco como Jason Bateman enAmerican Psycho, sobretodo si lo haces en tu flamante nuevo apartamento mientras tus compañeros de piso están trabajando.
SI el popper no te da la suficiente confianza puede que debas utilizar otro recurso, algo más poderoso, algo de la clase C. ¿Te acuerdas de esa bolsita que guardas en el cajón de arriba de la mesita para posibles emergencias? Pues venga.
Lo normal es demorarse, aplazar el momento: estás a punto de incrustar entre tus nalgas un gran objeto de plástico. Tranquilo. Fúmate un cigarro.
Este es el momento en que no dejas de repetirte una y otra vez: "No hay para tanto, todo va a ir de puta madre".
El dolor y el placer son cómplices, así que no hagas nada demasiado rápido ni precipitado. Puede ser atroz si lo intentas. Recuerda que mucha gente hace esto por puro placer, pero otro grupo de gente igualmente numeroso acaba por hacerse rotos en el intestino.
JAMES KNIGHT, FOTOS DE BEN RAYNER
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