Cuando vivi en Mexico Df, frente a la casa diario pasaba un transporte publico verde que siempre decia ZAPATA
Emiliano Zapata, nació en San Miguel Anenecuilco, México, 1879 y murió en Morelos, 1919 fue un revolucionario agrarista mexicano, e hijo de una humilde familia campesina, Trabajó como peón y aparcero y recibió una pobre instrucción escolar.
En 1909 ocupó las tierras del Hospital y las distribuyó entre los campesinos
EN marzo de 1911 se adhirió al plan de San Luis Potosí proclamado por Madero y, a la muerte de Torres Burgos, fue designado jefe supremo del movimiento revolucionario del Sur.
Tras la caída de la dictadura de Porfirio Díaz, pronto aparecieron las discrepancias entre Zapata, quien reclamaba el inmediato reparto de las tierras de las haciendas entre los campesinos, y Madero, que por su parte exigía el desarme de las guerrillas. Por fin, Zapata aceptó el licenciamiento y desarme de sus tropas, con la esperanza de que la elección de Madero como presidente abriera las puertas a la reforma.
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El Plan de Ayala, expedido por Emiliano Zapata, ratificó la necesidad de restituir las tierras a los campesinos y recomendó la expropiación.
Organizó comisiones agrarias para distribuir la tierra; pasó mucho tiempo supervisando su trabajo. Estableció un Banco de Crédito Rural, la primera organización crediticia agraria del país; también trató de reorganizar la industria azucarera de Morelos en forma de cooperativas
Las fuerzas gubernamentales obligaron a Zapata a retirarse a Guerrero, pero el asesinato de Madero en febrero de 1913 por orden de Huerta cambió la situación. Zapata rechazó la oferta de Huerta de unirse a sus fuerzas y apoyó a los constitucionalistas de Carranza contra los huertistas. Nombrado jefe de la revolución en detrimento de Orozco, que había sido declarado traidor, consiguió derrotar a Huerta (1913).
En la convención de Aguascalientes de octubre de 1914 se concretó la alianza de Zapata y Pancho Villa, representantes del revolucionarismo agrario, contra Carranza
Ante la amenaza que Zapata suponía para el gobierno federal, el coronel Jesús Guajardo, que dirigía las operaciones gubernamentales contra él, traicionó y asesinó al líder agrarista tras atraerlo a un encuentro secreto en la hacienda de Chinameca, en Morelos.
LA TRAICION A ZAPATA?
Es sabido que Guajardo simuló un distanciamiento con las fuerzas constitucionalistas, al mismo tiempo que anunciaba públicamente su disposición para pasarse al bando zapatista. Visto con desconfianza, pero necesitado de hombres, puso a prueba al mencionado coronel pidiéndole que le entregara algunos zapatistas que antes se habían rendido a Carranza. Los jefes constitucionalistas aceptaron tal solicitud y Guajardo mismo aceptó la orden de Zapata de atacar la plaza de Jonacatepec. El mencionado ataque fue un verdadero simulacro. El engaño continuó cuando como prueba de amistad le regaló un caballo que debió ser de finísima calidad para que Zapata lo aceptara. Así, desaparecieron todas las reticencias de éste. Creyó que los propósitos de Guajardo eran auténticos y que no escondía traición alguna.
Sorteadas las pruebas, hubo de venir el acercamiento personal entre ambos personajes, el cual se concretó el 9 de abril de 1919. Al día siguiente, en ocasión de una visita que debería hacer Zapata a Guajardo, el clarín que rindió honores al jefe fue al mismo tiempo la contraseña para disparar sobre él y sus acompañantes. Zapata cayó asesinado en una emboscada, pero ésta fue presentada como combate por los documentos oficiales.
Por la consumación del plan traidor, El Universal felicitó efusivamente a Pablo González y a Jesús Guajardo y, asimismo, profetizó el fin del zapatismo. A su vez, por tales maniobras y su éxito, el presidente de la república, Venustiano Carranza, felicitó a González y ascendió al generalato a Guajardo, a quien entregó un premio de 50 mil pesos oro.
Lo anterior prueba que Carranza estuvo de acuerdo con tales procedimientos. Parlamentarios como José María Lozano y Querido Moheno, brillantes papagayos que habían servido al régimen de Huerta, también se alegraron expresando que la muerte de Zapata era una victoria para el orden constitucional.
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