Esta es una celebración celta que recibió su nombre por la influencia de una fiesta cristiana.
Ilustracion Alejandro Azurdia/s21
El Papa Gregorio IV (827-844) intentó diluir el interés por este festival con la festividad cristiana del Día de Todos los Santos. Para ello, el homenaje a los santos se trasladó del 13 de mayo al 1 de noviembre. La primera vez que se usó la palabra Halloween fue en el siglo XVI y proviene de una variación escocesa de la expresión inglesa All Hallows’ Even que significa víspera de todos los santos. En Europa las festividades convivieron con relativa calma, pero al trasladar la tradición a Estados Unidos, el Halloween empezó a celebrarse como la Noche de brujas, porque comenzó a asociarse con todo lo que se considera, oscuro, terrorífico e incluso, satánico.
La fiesta fue exportada a Estados Unidos alrededor del año 1846, pero, según el sitiowww.halloween.com.es, no comenzó a celebrarse masivamente sino hasta 1921. Hace 92 años se celebró el primer desfile de Halloween en el estado de Minnesota, pionero en esta celebración. Sin embargo, la internacionalización de la festividad se produjo a finales de los años 70 y principios de los 80 gracias al cine y a las series de televisión.
El sitio catholic.net, incluso, señala que “la fantasía anglosajona le ha robado su sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca un triste retorno al antiguo paganismo, tendencia que se ha propagado también entre los pueblos hispanos”.
El rostro espiritual
Braliem Jousc es un guatemalteco que practica la wicca, una religión ligada a las tradiciones celtas. “La wicca es muy flexible en cuanto a ritos y la forma en que sus seguidores la practican. Si buscas a alguien que como los cristianos vayan a cultos (o convenciones) o algo equivalente a un templo, creo que no hallarás a nadie”, explica. Sin embargo, el tema de lo paranormal posee puntos comunes con médiums, tarotistas y videntes. Pero no se reconocen como wiccans (más alguno sigue abrazados al cristianismo, a pesar de que esta iglesia los ve como paganos. Es como vivir en el clóset, desde el punto de vista religioso).
En ese contexto, habla sobre la festividad de Halloween: “Sí hay rituales para Halloween, porque la fiesta es trascendental para el calendario celta (hay 8 festivales en el año wicca asociados a solsticios y equinoccios y Halloween es uno de ellos). La intención es parecida a Año Nuevo, pues Samhain es la oportunidad de dejar atrás lo viejo, lo que duele, lo que ya no querés en tu vida, e invocar lo positivo en diferentes ámbitos. Vendría a ser como la lista de los buenos deseos que se hace en Noche Vieja”, indica Jousc.
Para estos rituales se incluyen desde velas hasta meditación y concentración. Braliem también menciona que “la creencia en la vida después de la muerte no se puede dejar de lado. Muerte, desconocimiento, dogmas... los tres son temas de la sociedad actual. Antes era visto de manera más natural. Los wiccans creen, saben y pueden comunicarse con los seres que físicamente ya no habitan el mismo plano que los humanos. Por ello, en la noche Samhein, ese velo que nos separa es muy débil, prácticamente inexistente. Es cuestión de canalización de energía; la fecha es muy poderosa”.
La fiesta Samhain está ligada a la Luna y a los ciclos de cosecha. Esa noche marcaba para los europeos antiguos el inicio de la época más dura para su agricultura. “La llegada del invierno ameritaba haber trabajado lo suficiente durante el año para soportar con sus provisiones (leña, siembra de granos, otros alimentos, cuidar tus animales, alimentar familia) hasta la llegada de la primavera. En ese sentido, considero, Samhain era un preludio a la meses de frío y oscuridad. Una analogía del mal, de lo oscuro... supongo. Como con otras cuestiones ligadas a la naturaleza y el culto a deidades femeninas, las prácticas wiccans antiguas fueron demonizadas y prohibidas”, concluye.
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