“Y este soy yo, treinta años después, con la misma ropa y la misma cara de panoli”s
Todo empezó medio por casualidad, en Buenos Aires, hace cuatro años. La fotógrafa Irina Wernings se fijó en una vieja Polaroid de una familia y se propuso recrearla, con sus mismos protagonistas, la misma ropa y el mismo escenario, 30 años después. Irina colgó ambas fotos en su página web y empezó a recibir correos de todas partes del globo, propondiéndole emular viejas instantáneas con caras nuevas (viejas).
Así nació el proyecto Back to the Future, que “se ha convertido en mi obsesión”, según cuenta la propia artista en un minidocumental sobre su obra. Las fotografías de Wernings se mueven entre la nostalgia y la parodia, sus personajes parecen intentar trascender el terrible paso del tiempo con un guiño al pasado en tonos Technicolor, cuando había que llevar el carrete a la tienda de fotos e inventos como Instagram eran simplemente inimaginables.
Irina reconoce que las fotos le sirven de excusa para entrar en las casas (y en las vidas) de la gente: “Muchas veces los modelos se ven obligados a adoptar poses ridículas. Me cuesta imaginar por qué querrían hacer algo así”, explica. El motivo está a la vista: un acabado técnico casi perfecto, el cariño con que retrata a los protagonistas, su sentido del humor…
Tras la prolongada serie bonaerense, Irina cogió sus bártulos y siguió por las capitales de Europa (París, Londres, Berlín) y en estos momentos está recreando viejas fotos en el Lejano Oriente: Corea, Taiwán y Tokio. De momento, la artista argentina no ha recalado en España pero tal vez si insistimos enbacktothefuturepics@gmail.com podremos convencerla de que venga.
Abundando:
Más imágenes en proyecto Back to the Future y más Back to the Future.
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